domingo, 6 de diciembre de 2009


Se juntaron el sol y la luna,
la vida y la muerte,
el hombre lobo y el vampiro,
el tiempo a contrareloj y las horas juntos,
tu llegada y tu despedida.
Desde el andamio vi tu boca temblar,
desde en monstruo que rueda sus bases por la distancia;
llevándote lejos, tan lejos, inmerso en el metal;
llorando a la tierra, llorando a la revolución.
Desperté ahogada en ausencia,
revalsada de llanto,
extrañada por la hermosa alba,
que por mas hermosa que fuese,
nunca iba a sentirse dentro de mi,
sin tu sonrisa bajo el toldo azul,
y tus ojos mirandome desconcertados.
Para después sostener mis pies y tocar la tierra
sin cielo ni paraíso, hacia el exterior,
para darme vuelta (una vez mas) y mirar el improvisado enuentro de luces
con sus sombras; mas brillantes que mis ojos...

...pero nunca mas brillantes que tu sonrisa...